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   Museo de Ciencias Naturales de la Fundación Miguel Lillo

El Museo Miguel Lillo de Ciencias Naturales ofrece al visitante un viaje multisensorial e interactivo por la flora y la fauna del noroeste tanto de nuestros días como aquella que pobló la región hace más de 200 millones de años.

Una de sus salas cuenta con una muestra de la amplia colección de insectos, mariposas, abejas, hormigas, escarabajos y varios ejemplares de distintas especies de arácnidos que almacena la FML.

El Museo exhibe también, en otra de sus salas, especies de grandes mamíferos y otros animales del continente africano y asiático enmarcados en réplicas de sus ambientes en tamaño natural, lo cual le aporta mayor realismo. 

En el recinto en donde se trata la temática de Paleontología, se pueden observar esqueletos de mamíferos de gran porte que datan de hace 10.000 años, como el tigre Diente de Sable o el Gliptodonte.

Para finalizar el recorrido, en las últimas salas se pueden apreciar las diferentes Regiones Biogeográficas del noroeste argentino en su estado natural: región chaqueña, pedemontana, selva nublada, bosque montano, prepuna, monte, puna y altos pastizales con su flora y fauna. Cada uno de los paisajes reproduce los sonidos característicos de la región, gracias a tecnología de última generación. 

El Museo Lillo de Ciencias Naturales cuenta con modernas instalaciones que apuntan a la inclusión de nuestros visitantes: aros para hipoacúsicos, rampas, videos en lenguaje de señas, textos en Braille e instalaciones adecuadas para todo tipo de público.

El Museo es el primero del país y de Latinoamérica en incorporar un “piso interactivo”, una de sus mayores atracciones, mediante la cual chicos y grandes “aprenden jugando”. El piso, de unos 15 metros cuadrados, utiliza cuatro softwares que se proyectan en el suelo y permiten visualizar y ser parte de diferentes escenas como observar huevos de dinosaurios y colocarlos en un nido o caminar sobre arena y descubrir restos de fósiles. 













 Jardín Botánico de la Fundación Miguel Lillo



El Jardín Botánico es el solar en donde vivió el Dr. Miguel Lillo (1862 -1931) y en el que se dedicaba a estudiar e investigar sobre la flora y la fauna; al morir, dejó como legado sus valiosas colecciones y este jardín silvestre repleto de vegetación autóctona con árboles de las yungas.

La misión del Jardín es preservar, educar y concientizar sobre la biodiversidad y la conservación del medioambiente.

Además de las numerosas especies arbóreas y de plantas, en el jardín se pueden observar insectos, peces, tortugas acuáticas, caracoles de la región y alrededor de 80 especies de aves.

Es un lugar para el disfrute, el descubrimiento y el aprendizaje que ocupa aproximadamente 5.000 metros cuadrados y brinda una idea de lo que puede ser la selva pedemontana sin la alteración humana.

Los números de visitantes tanto del Museo de Ciencias Naturales como del Jardín Botánico hablan por sí solos: más de 40.000 personas los recorren a lo largo del año. Esto deja en evidencia la principal función de ambos: ser un puente entre el saber científico y la comunidad; acercar el fascinante mundo de la ciencia a la sociedad.









 Parque Sierra San Javier




La Sierra de San Javier constituye el pulmón verde de San Miguel de Tucumán, ubicado a apenas 15 kilómetros al oeste de la capital provincial. Abarca 14.174 hectáreas (74% del total de la sierra), fue creado en 1973 y actualmente es administrado por la Universidad Nacional de Tucumán.

Se complementa en sus objetivos de conservación con las áreas protegidas del Parque Provincial Aconquija —500 hectáreas de una franja de Yungas de excepcional valor ecológico— y con la Reserva Experimental Horco Molle —otras 200 hectáreas de Área Protegida—, con los cuales limita al sur y el este, respectivamente. La mayor parte de su vegetación pertenece a la ecorregión de yungas.

La altura de la sierra va desde los 650 a los 1.876 metros sobre el nivel del mar, preservando ecosistemas de bosques nublados (Selva Montana y Bosque Montano), pastizales de neblina, bosques chaqueños serranos y recursos naturales indispensables como las cuencas hidrográficas.

San Javier representa una excepcional oportunidad de visitar selvas subtropicales a minutos de la ciudad, combinando recreación, educación y respeto a la naturaleza en un entorno sobrecogedor que invita a la serena contemplación.






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